Los fines de semana no son tan largos como nos gustaría, pero siempre encontramos un par de horas sueltas para pasearnos por el centro de Madrid y fichar aquello que no podemos comprarnos por falta de fondos, a los hobres con los que no podemos estar y los postres que no deberíamos ni probar...


Me marcho al norte, a mi querida Santander a ver si veo el sol y el mar unos días. Pensar que queda una semana para empezar las clases me lleva a necesitar irme de viaje otra vez.
A los que os quedáis portaros muy mal.
Ya os contaré cuando vuelva...
Zapatos de Stefy rosas de Hazel.