lunes, 25 de agosto de 2008

LAS PLAYAS DEL INTERIOR


Ayer Gonzalo y yo decidimos dejar apartada, todo lo que pudimos, la resaca de la fiesta del sábado y enfundarnos el bañador,que creíamos que no volveríamos a sacar y pasar de nuevo esos terribles momentos de verguenza y complejos; para ir a la PISCINA y no a una cualquiera, arrastramos nuestros todavía embriagados cuerpos a Ciudad Universitaria.
Al llegar pudimos comprobar que no se trataba de un área de descanso y sol cualquiera, sino que el ambiente era distinto, toda la gente joven tenía un aura interesante, distante y sobre todo embriagador.
Parecía que exigían en la puerta que todo el mundo tuviera que tener y unas 14 horas semanales de gimnasio, el bikini o bañador más exclusivo y moderno, sin pasar por alto las gafas de sol más atemporales y novedosas.
Reinaban por tanto los abdominales marcados en ellos y el top-less firme para ellas. Mi inocente y cínico amigo Gonzalo y yo solamente nos resignamos a hacernos lo más invisibles posible e intentamos integrarnos en el ambiente, de lo que creo que puedo afirmar con toda seguridad, es la playa de la meseta con lo que buscamos y encontramos cuando el sol se ha ido a descansar y no hay más cubos de agua que el que tienes en tu copa.

En nuestro favor diré que nos acabábamos de levantar y cualquier juicio dejaba bastante que desear.
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