No dormir a penas,
pasarme la noche trabajando (hasta las 06:00),
madrugar,
donar sangre y quedarte todo el día como drogada,
son unas cuantas de las razones por las que hoy tenía tal cara de muerta viviente.
Pero me he animado,
he comido con mi máxima inspiración (APL),
nos hemos reído,
hemos repasado todo desde que no nos veíamos, que no es poco.
Escaparates y tiendas maravillosas semi-descnocidas en calles escondidas, que esperamos que sigan siéndolo para que no nos las roben si las encuentran;
hablamos de proyectos futuros con Marta en una esquina,
Raúl, café, y luego a clases de Francés.
Esta noche vuelvo a trabajar,
pero espero que mañana sea un día igual de especial,
aunque como hoy no ocurra nada fuera de lo normal.
Madrid estaba apetecible hoy.
